Toda la riqueza de la Camargue en una flor... de sal. Recolectada a mano, la flor nace de la formación de millones de cristales de sal en la superficie de las salinas. Una excepción gustativa ofrecida hoy por nobles salineros.
Recolectada en la pura tradición, esta flor de sal ligeramente húmeda, con su crunch y su perfume tan especial, se funde delicadamente en la lengua y realzará todos los platos que le acomodes.
Debido a que esta sal es particularmente húmeda, no se recomienda usarla en un molinillo de sal.